lunes, 31 de diciembre de 2012

Adios, 2012.

Se va ya el 2012. Ya ha pasado por el barrio la San Silvestre, y ya hemos cumplido con el tradicional rito de ir a verla pasar, de animar, y de gritar absurdos al paso de la gente. Ya se pone el sol del 2012. Y como siempre que acaba un año, me gusta hacer balance. Balance de lo aprendido, de las experiencias sumadas, de las experiencias volcadas a la mochila de la vida.

Ha sido un año de aprender sobre cooperación; aprender sobre ella justo el año que dejo de dedicarme a ella. Y quién sabe si no volveré a dedicarme a ella jamás, porque de pronto es la realidad micro en lugar de la macro la que llama poderosamente mi atención, la que me seduce a meter de lleno la cabeza y las manos en ella. Ha sido también el año de volver a la medicina clínica cuando ya empezaba a creer que la bata estaba definitivamente colgada. Sin embargo... he vuelto sin bata, y a una consulta mucho más especial, en la que lo "psico" y lo "social" pesan casi más que lo "bio", una consulta en la que lo que importa es acompañar personas: 2012 ha sido también el año de descubrir el increíble privilegio de acompañar personas (y esto ha sido tan importante que merecerá un post aparte en breve). 
También ha sido el año de contemplar una nueva etapa en AJIVA, de descubrir que las semillas sembradas empiezan a aportar fruto. El año de empezar a ver los toros más desde la barrera, con lo que eso tiene de nostálgico y de difícil cuando se ha sido torero.
Ha sido también el año de "Constantinopla", pensada aunque no estrenada. El año de la biotropía, de vislumbrar que hay mucha gente soñando con otro mundo posible y que ya está pasando a la acción; y sonreír satisfecha al ser consciente de que, como diría Harvey Dent, "la noche es más oscura justo antes del amanecer". También el año de avanzar en la danza contemporánea y empezar a sentir que me voy enterando más o menos de qué va la cosa. 
Año también de mucha manifestación y mucha reivindicación, con poca esperanza en que sirva de algo "práctico", simplemente por sentir que estás donde quieres estar.

¿Y los proyectos para el 2013? Explorar a fondo eso de la biotropía, sacar por fin el título de coordinador de tiempo libre, comenzar la formación de psicoterapeuta ¿gestalt? ¿rogeriana?, orar más y dejar que el silencio cale más en mi vida, seguir reivindicando, sembrar optimismo, cambiar de casa, viajar a Esocia, estrenar "Constantinopla" y un montaje de Tricicle, crear e ilusionarme con "El Principito", cuidar a mis amigos (a los de compartir el día a día), a mi familia, ir de excursión con mis sobrinas, estudiar medicina (de familia y drogodependencias), hacer la oposición "por si...", matricularme en la escuela municipal de danza, volver a clases con mi antigua profe de danza Y si da tiempo, sacarme el First.Y lo que traiga el año, lo no previsible, el encanto de la sorpresa.
El año empieza cargado de proyectos e ilusiones. Pido no tener prisa para vivirlo, que lo urgente no ahogue a lo importante. Y que en el ocaso del 2013 me sienta, al menos, tan afortunada como hoy por mi (nuestra) VIDA con mayúsculas.