Si Mecano le dedicó una canción al Aire, es justo que yo le dedique un post al Agua.
Y es justo porque llevo desde que pisé este país reflexionando sobre ella.
Al día siguiente de llegar, Dani nos sentó en su despacho y nos contó toda la matriz de planificación del proyecto. El objetivo 1 tiene como resultado 4 la "Mejora de las condiciones higiénicas de la población", en lo que respecta al agua, las letrinas y la correcta gestión de los residuos. Empezaba a quedar claro que el agua era un bien escaso cuando dicho resultado 4 entra casi con calzador en la matriz de un proyecto que se dirige a la mejora de los servicios sanitarios, pero es que no hay más que darse un paseo para ver que es un objetivo difícil de eludir; porque hacer, hace falta.
Ya la noche de nuestra llegada nos dimos cuenta de que ni nosotros (cooperantes, del Norte y por tanto privilegiados en muchas cosas) teníamos acceso a agua canalizada. Nuestra gran suerte consistía en que teníamos (y tenemos) dos bienes muy preciados aquí:
1) un aljibe, véase un depósito elevado descubierto que se llena con agua de lluvia, y que al caer por gravedad entra en la instalación de fontanería de la casa (aunque por supuesto, sin presión suficiente como para poner en funcionamiento el calentador, motivo por el cual ha sido hasta desintalado. Menos mal que el clima tropical ayuda con el agua fría...)
2) un pozo dotado de bomba para la época seca. La bomba llena el aljibe y de nuevo el agua cae por gravedad.
La bomba aún no la hemos probado, pero lo de sacar agua del pozo ya se ha convertido en un acto cotidiano. ¿Por qué? Los que seguís el blog de Miguel ya sabréis de la existencia de los gusanos tubifex, muy cotizados por los frikis de los acuarios, pero nuestra peor pesadilla desde que estamos aquí. Estos asquerosos gusanitos rojos colonizaron nuestras tuberías (o quizás el aljibe, es un gran misterio por resolver aún) desde el día que pisamos la casa, y nos han ido ganando terreno progresivamente. Uno viene mentalizado de que el agua no es potable, de que probablemente no estará muy limpia; pero que los grifos escupan gusanos al ritmo de quince al minuto es algo intolerable. Sobre todo cuando no tienes muy clara su inocuidad, dado que aquí descubres que casi nada es inocuo en lo que a Naturaleza se refiere. El otro día me acordaba de las noches de vivac en Cercedilla o en la Transpirenaica, y me parecía como de ciencia ficción al pensar que aquí dormir en el campo al raso podría ser calificado de acto suicida.
En fin, pero estábamos con los gusanitos rojos... Bueno, tras una ardua batalla que podéis leer más detalladamente en el blog de Miguel, tuvimos que rendirnos, y, semanas después, por fin hemos podido organizar un sistema interno de gestión de aguas limpias, nuestro particular resultado 4 del objetivo específico 1 a nivel doméstico y de andar por casa, y que podríamos llamar "El ritual del agua". Paso a detallarlo:
-agua para higiene corporal: material necesario: 1 cubo de 80 litros con tapadera, una camiseta vieja, 10 pinzas de madera, un bote de lejía para agua de bebida. El numerito consiste en colocar la camiseta en la parte superior del cubo y fijarla al mismo con diez pinzas que recorren la circunferencia de la misma. A continuación se pone el tubo de la ducha encima de la camiseta, se abre el grifo, y el agua comienza a brotar, cargadita de gusanitos que quedan detenidos en la camiseta, dando vueltas sobre ella aprovechando la corriente a modo de Aquapark. El agua va cayendo "filtrada" a través de la camiseta, lo cual permite que, además de sin gusanos, pase al cubo con una tonalidad algo menos "marronácea" de su aspecto original. Cuando el cubo se ha llenado, se clora con un taponcito de lejía. En treinta minutos habrá hecho efecto y el agua estará lista para ser disfrutada. Con este sistema cosmético de exfoliación química vamos a volver no sé si bellos o despellejados, pero ¡no sabéis qué gusto es ducharse con agua semi-limpia y sin gusanos, aunque luego huelas un poco como a suelo de hospital! Al finalizar el proceso viene la parte menos agradable: lavar la camiseta. Detalles aparte...
La técnica de ducha consiste, como os imaginaréis, en ir llenando un cacito y echar el agua por el cuerpo al más puro estilo del Lejano Oeste...
-agua para lavado de cacharros: aquí el método de filtrado y clorado de agua es similar, sólo que se añade una nueva dificultad: como no hay grifo útil actualmente en el piso de abajo (donde está la cocina) el agua hay que sacarla del pozo. Fíjate que al final acaba teniendo un toque bucólico eso de sacar el agua del pozo, con su cubito y su cuerda. Se nos van a poner unos brazacos que ya los quisiera Swatzeneger... Y el cacito reglamentario, claro está.
-agua para ingestión y lavado de dientes: lo hemos aceptado: tiene que ser embotellada. Qué se le va a hacer...
-agua para "tirar de la cadena": esta es la sección más creativa. CUALQUIER agua de la casa puede ser una buena candidata para éste, el más innoble de los usos. Cada día uno de los dos anunciamos al otro una nueva "agua" que se puede reaprovechar para tal uso. De momento ganan el concurso de creatividad el agua que rezuma del tubo del aire acondicionado (1 cubo al día); y el método-palangana, copiado de las monjitas de Mycomeseng y que consiste en poner una palangana en el lavabo para recoger el agua que chorrea al lavarnos las manos (por el método del cacito, por supuesto) y echarla al cubo de tirar de la cadena. ¡¡Aquí no se puede desaprovechar ni una gota, que su trabajito cuesta filtrar, clorar y transportar el agua!!!
Bueno, entenderéis que después de todos los procesos que nosotros, privilegiados que tenemos acceso fácil a agua, tenemos que hacer para disfrutar un agua saludable, y después de las pequeñas angustias que se sufren hasta que vas encontrando una solución sistematizada a la falta de agua limpia, el agua se vuelve un gran tesoro, se revaloriza en tu particular escala de valores y entiendes que el resultado 4 del objetivo 1 es un gran resultado aunque no cuadre bien en la matriz de planificación. Y que hay que valorar el agua, esas instalaciones de agua que tenemos en España y que dan ni más ni menos que agua mineral con sólo abrir un grifo. ¡¡Agua mineral para ducharse!!! Agua mineral para disfrutar en abundancia.
Por favor, al menos, valorémosla.
Y es justo porque llevo desde que pisé este país reflexionando sobre ella.
Al día siguiente de llegar, Dani nos sentó en su despacho y nos contó toda la matriz de planificación del proyecto. El objetivo 1 tiene como resultado 4 la "Mejora de las condiciones higiénicas de la población", en lo que respecta al agua, las letrinas y la correcta gestión de los residuos. Empezaba a quedar claro que el agua era un bien escaso cuando dicho resultado 4 entra casi con calzador en la matriz de un proyecto que se dirige a la mejora de los servicios sanitarios, pero es que no hay más que darse un paseo para ver que es un objetivo difícil de eludir; porque hacer, hace falta.
Ya la noche de nuestra llegada nos dimos cuenta de que ni nosotros (cooperantes, del Norte y por tanto privilegiados en muchas cosas) teníamos acceso a agua canalizada. Nuestra gran suerte consistía en que teníamos (y tenemos) dos bienes muy preciados aquí:
1) un aljibe, véase un depósito elevado descubierto que se llena con agua de lluvia, y que al caer por gravedad entra en la instalación de fontanería de la casa (aunque por supuesto, sin presión suficiente como para poner en funcionamiento el calentador, motivo por el cual ha sido hasta desintalado. Menos mal que el clima tropical ayuda con el agua fría...)
2) un pozo dotado de bomba para la época seca. La bomba llena el aljibe y de nuevo el agua cae por gravedad.
La bomba aún no la hemos probado, pero lo de sacar agua del pozo ya se ha convertido en un acto cotidiano. ¿Por qué? Los que seguís el blog de Miguel ya sabréis de la existencia de los gusanos tubifex, muy cotizados por los frikis de los acuarios, pero nuestra peor pesadilla desde que estamos aquí. Estos asquerosos gusanitos rojos colonizaron nuestras tuberías (o quizás el aljibe, es un gran misterio por resolver aún) desde el día que pisamos la casa, y nos han ido ganando terreno progresivamente. Uno viene mentalizado de que el agua no es potable, de que probablemente no estará muy limpia; pero que los grifos escupan gusanos al ritmo de quince al minuto es algo intolerable. Sobre todo cuando no tienes muy clara su inocuidad, dado que aquí descubres que casi nada es inocuo en lo que a Naturaleza se refiere. El otro día me acordaba de las noches de vivac en Cercedilla o en la Transpirenaica, y me parecía como de ciencia ficción al pensar que aquí dormir en el campo al raso podría ser calificado de acto suicida.
En fin, pero estábamos con los gusanitos rojos... Bueno, tras una ardua batalla que podéis leer más detalladamente en el blog de Miguel, tuvimos que rendirnos, y, semanas después, por fin hemos podido organizar un sistema interno de gestión de aguas limpias, nuestro particular resultado 4 del objetivo específico 1 a nivel doméstico y de andar por casa, y que podríamos llamar "El ritual del agua". Paso a detallarlo:
-agua para higiene corporal: material necesario: 1 cubo de 80 litros con tapadera, una camiseta vieja, 10 pinzas de madera, un bote de lejía para agua de bebida. El numerito consiste en colocar la camiseta en la parte superior del cubo y fijarla al mismo con diez pinzas que recorren la circunferencia de la misma. A continuación se pone el tubo de la ducha encima de la camiseta, se abre el grifo, y el agua comienza a brotar, cargadita de gusanitos que quedan detenidos en la camiseta, dando vueltas sobre ella aprovechando la corriente a modo de Aquapark. El agua va cayendo "filtrada" a través de la camiseta, lo cual permite que, además de sin gusanos, pase al cubo con una tonalidad algo menos "marronácea" de su aspecto original. Cuando el cubo se ha llenado, se clora con un taponcito de lejía. En treinta minutos habrá hecho efecto y el agua estará lista para ser disfrutada. Con este sistema cosmético de exfoliación química vamos a volver no sé si bellos o despellejados, pero ¡no sabéis qué gusto es ducharse con agua semi-limpia y sin gusanos, aunque luego huelas un poco como a suelo de hospital! Al finalizar el proceso viene la parte menos agradable: lavar la camiseta. Detalles aparte...
La técnica de ducha consiste, como os imaginaréis, en ir llenando un cacito y echar el agua por el cuerpo al más puro estilo del Lejano Oeste...
-agua para lavado de cacharros: aquí el método de filtrado y clorado de agua es similar, sólo que se añade una nueva dificultad: como no hay grifo útil actualmente en el piso de abajo (donde está la cocina) el agua hay que sacarla del pozo. Fíjate que al final acaba teniendo un toque bucólico eso de sacar el agua del pozo, con su cubito y su cuerda. Se nos van a poner unos brazacos que ya los quisiera Swatzeneger... Y el cacito reglamentario, claro está.
-agua para ingestión y lavado de dientes: lo hemos aceptado: tiene que ser embotellada. Qué se le va a hacer...
-agua para "tirar de la cadena": esta es la sección más creativa. CUALQUIER agua de la casa puede ser una buena candidata para éste, el más innoble de los usos. Cada día uno de los dos anunciamos al otro una nueva "agua" que se puede reaprovechar para tal uso. De momento ganan el concurso de creatividad el agua que rezuma del tubo del aire acondicionado (1 cubo al día); y el método-palangana, copiado de las monjitas de Mycomeseng y que consiste en poner una palangana en el lavabo para recoger el agua que chorrea al lavarnos las manos (por el método del cacito, por supuesto) y echarla al cubo de tirar de la cadena. ¡¡Aquí no se puede desaprovechar ni una gota, que su trabajito cuesta filtrar, clorar y transportar el agua!!!
Bueno, entenderéis que después de todos los procesos que nosotros, privilegiados que tenemos acceso fácil a agua, tenemos que hacer para disfrutar un agua saludable, y después de las pequeñas angustias que se sufren hasta que vas encontrando una solución sistematizada a la falta de agua limpia, el agua se vuelve un gran tesoro, se revaloriza en tu particular escala de valores y entiendes que el resultado 4 del objetivo 1 es un gran resultado aunque no cuadre bien en la matriz de planificación. Y que hay que valorar el agua, esas instalaciones de agua que tenemos en España y que dan ni más ni menos que agua mineral con sólo abrir un grifo. ¡¡Agua mineral para ducharse!!! Agua mineral para disfrutar en abundancia.
Por favor, al menos, valorémosla.